
La movilización inmediata de brigadas terrestres al inicio del incendio fue calificada de "temeraria" por las autoridades, dado que carecían de rutas de escape seguras para los equipos. Esta intervención, aunque necesaria en otras circunstancias, fue evaluada con cautela en el contexto actual.
GUADALAJARA, 25 de septiembre. En la madrugada del domingo, un incendio se declaró en Peñalba de la Sierra, dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. Aunque el fuego sigue activo, se informa que los frentes están casi contenidos y la estabilización es inminente. Sin embargo, las combustiones subterráneas en capas de turba requerirán vigilancia continua durante al menos un mes.
El jefe del Servicio de Incendios de la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible, Miguel Aguilar, ofreció detalles en una rueda de prensa, donde expresó su optimismo sobre el dispositivo contra incendios: “Ayer, el operativo funcionó satisfactoriamente. Hoy mantendremos el mismo alto nivel de respuesta. La superficie afectada podría crecer entre 12 y 15 hectáreas, a lo que se suma la tendencia favorable hacia la estabilización del incendio”.
Este siniestro comenzó a propagarse rápidamente debido a un rayo en la madrugada del domingo, con la niebla impidiendo el uso de aviones, lo que complicó enormemente la situación en una zona montañosa de difícil acceso para las brigadas de tierra.
En sus primeros días, el fuego devastó aproximadamente 120 hectáreas, y hasta ahora ha llegado a un total de 734 hectáreas. Sin embargo, las autoridades consideran que es poco probable que continúe expandiéndose de manera significativa.
La flora perjudicada por el incendio consiste principalmente en matorrales de baja altura, que tienen una notable capacidad de regeneración. Según Aguilar, "el entorno natural se recuperará rápidamente; en poco tiempo, apenas se notará que hubo un incendio de tal magnitud".
El dispositivo de lucha contra incendios ha alcanzado niveles sin precedentes, con la participación de hasta 18 helicópteros, 6 aviones anfibios y brigadas helitransportadas de varias comunidades y del Ministerio para la Transición Ecológica, creando una respuesta coordinada que ha sido calificada de “brutal”.
Los medios aéreos trabajan en estrecha colaboración con los equipos terrestres, quienes se encargan de la logística necesaria, como el llenado de balsas para las descargas de agua. A pesar de las críticas del sindicato CCOO por la falta de acción temprana de los retenes forestales, el delegado Rubén García destacó la prioridad de garantizar la seguridad de los trabajadores y los residentes locales.
“No expondremos a nuestros trabajadores a situaciones de riesgo”, afirmó García al abordar las preocupaciones sobre la activación tardía de los retenes. Aguilar añadió que movilizar brigadas terrestres en los primeros momentos habría sido inapropiado dada la falta de rutas seguras. “La estrategia inicial fue la adecuada, este incendio requiere una precisión extrema”, enfatizó.
A medida que el operativo avanza, el principal reto seguirá siendo la turba en el terreno, que permite que las llamas subsistan por debajo de la superficie. "Debido a la turba, tendremos que mantener una vigilancia constante por un mes. Las combustiones subterráneas continuarán incluso después de que el fuego se considere extinguido", explicó Aguilar.
La Delegación de Desarrollo Sostenible mantiene un enfoque cauteloso sobre la situación. La estabilización podría lograrse en pocas horas, seguido del control en 24 a 48 horas, culminando la extinción total en un plazo de varios días.
Finalmente, García hizo un llamado a la comunidad para que confíen en las capacidades de los profesionales que están trabajando en la contención del fuego. "La seguridad de los habitantes está garantizada. Pedimos a la población que no asuma riesgos innecesarios; ese es el mejor apoyo que pueden brindar en estos momentos”, concluyó.
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