Peñalba de la Sierra critica la lentitud del Infocam ante el incendio y expresa la frustración de los vecinos.

GUADALAJARA, 24 de septiembre. En un llamado a la acción, Rafael Heras, el alcalde de la pedanía de Peñalba de la Sierra, ha expresado su frustración por lo que califica como una inadecuada respuesta ante el incendio que ha afectado a la zona del Pico del Lobo desde el pasado domingo. En medio de un fuego que ha devorado más de 550 hectáreas y que permanece en Nivel 1, los escasos habitantes y ganaderos de la región sienten impotencia al ser impedidos de participar en la protección de su territorio.
Heras ha denunciado la "lenta" intervención de los equipos de extinción, a pesar de la proximidad de recursos disponibles. Según el regidor, los retenes forestales, que se desplazaron para labores preventivas, estaban situados a escasos 12 kilómetros del incendio y no fueron activados ante la emergencia, lo que ha traído consigo un gran malestar por parte de la comunidad local.
Este comentario se suma a la crítica externa realizada por los delegados del Geacam de CCOO, que el mismo martes expresaron su descontento por la falta de rapidez en la respuesta. Heras lamenta la decisión de no utilizar a los bomberos disponibles en la casa forestal de Montes Claros y El Vado, justo cuando la situación lo demandaba, calificando como "despropósito" la política que les dejó inactivos mientras el fuego avanzaba.
A pesar de la normativa que rige estas actuaciones y del riesgo de consecuencias legales al intervenir sin autorización, Heras ha argumentado que la situación actual merece una reevaluación de estas directrices. Los incendios de este tipo requieren de una respuesta inmediata, y su experiencia en la zona les permite comprender que la inacción podría tener efectos devastadores.
Uno de los puntos más preocupantes para los pocos residentes de la Sierra Norte de Guadalajara es la amenaza que este incendio representa para los pastos, esenciales para la alimentación de su ganado, y la posible destrucción de una tubería crucial que abastece de agua a varias pedanías de El Cardoso. “¿Quién asumirá esos costos?”, se pregunta el alcalde, enfatizando que el bienestar de la comunidad depende de la recuperación rápida de estos recursos alimenticios.
La preocupación de Heras no se limita a la ganadería. También ha subrayado el peligro que las llamas suponen para las infraestructuras básicas del área, destacando la tubería de 10 kilómetros que proporciona agua a varios núcleos poblacionales, y cómo su destrucción podría ser catastrófica.
Además, el alcalde ha manifestado su descontento con los protocolos que limitan el uso de recursos locales en la gestión de emergencias. A pesar de contar con un bulldózer en el pueblo que podría haber sido útil, se optó por traer maquinaria de fuera mientras el fuego continuaba su curso destructivo.
En su intento por contribuir a la lucha contra el fuego, Heras se enfrentó a dificultades para acceder a los recursos municipales de agua, debido a los controles establecidos por las autoridades. “Nos preocupamos más por evacuar que por proteger nuestras casas”, ha lamentado, dejando claro que la comunidad está lista para actuar si es necesario.
Heras ha comentado que la actual estrategia medioambiental es "inflexible" y está atentando contra las realidades locales. “La ecología estricta no puede ser prioridad cuando un incendio avanza y amenaza vidas”, ha declarado, sugiriendo que es crucial equilibrar las medidas de protección ambiental con las necesidades urgentes de los habitantes de la región.
El enfoque sobre el desarrollo de infraestructuras contra incendios en El Cardoso ha sido escaso, evidenciado por la falta de recursos que el propio Ayuntamiento ha tenido que destinar a la construcción de balsas de agua. “Las burocracias nos limitan y, al final, solo conducen a un mayor abandono en zonas que necesitan atención urgente”, ha añadido.
El sentimiento general en la comunidad se resume en una mezcla de impotencia y abandono. “Vemos cómo el fuego consume nuestro entorno y no nos dejan actuar”, ha declarado Heras, resaltando la frustrante situación en la que se encuentra la comunidad, a pesar de su disposición y conocimiento sobre cómo gestionar estos desastres.
Actualmente, las labores de extinción del incendio son llevadas a cabo por 15 medios, incluidos siete aéreos y ocho terrestres, con la situación manteniéndose en Nivel 1 de emergencia. Heras ha señalado que no buscará la dimisión de nadie, pero subraya que es fundamental que las administraciones aprendan de situaciones pasadas, recordando incidentes trágicos que aún resuenan en la memoria de la comunidad.
Conforme avanza el fuego, el alcalde se pregunta cómo es posible que no se utilicen los recursos disponibles cuando la comunidad tiene una idea clara de las necesidades del terreno. “Es hora de replantear cómo se gestionan estas crisis. La falta de acción en estas circunstancias solo conduce a más desastres”, ha concluido, mostrando su deseo de un cambio sustancial en la gestión y planificación para el futuro de su región.
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