Castilla-La Mancha ha iniciado este domingo 8 de octubre una nueva temporada de caza mayor y menor, con varias novedades y medidas que buscan regular esta actividad. Una de las principales novedades es la eliminación de los cupos de jabalí en toda la región, permitiendo a los cazadores ocuparse de la sobreabundancia de ungulados en diferentes provincias. También se permitirá una batida de gestión adicional a las cacerías colectivas programadas en los planes de ordenación, pero se prohibirá el uso de visores térmicos durante la caza de liebres.

La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, ha resaltado la importancia de la actividad cinegética en el desarrollo socioeconómico de las áreas rurales de Castilla-La Mancha. Según Gómez, este sector moviliza cerca de 600 millones de euros y crea unos 14.000 puestos de trabajo. Además, se ha destacado la importancia de realizar una caza sostenible, responsable y respetuosa, que contribuya a la prevención de enfermedades de la fauna silvestre, al control de los excesos de población de algunas especies, a la conservación de la biodiversidad y a la salud del entorno.

La orden de vedas ha sido consensuada con el sector cinegético y establece que el período de caza menor se mantendrá desde el 8 de octubre hasta el 8 de febrero, mientras que el período de caza mayor se prolongará hasta el 21 de febrero. Castilla-La Mancha cuenta con 150.000 licencias de caza vigentes y ha añadido un nuevo coto social, el coto social de Riofrío en Ciudad Real, elevando el número total de cotos a nueve en la región.

La consejera ha destacado el impulso que el Gobierno regional está dando a la caza social, con la recuperación paulatina de los cotos sociales en los últimos años y la gratuidad de las licencias para los residentes de la comunidad. En Toledo hay dos cotos sociales, en Sevilleja de la Jara y Puerto San Vicente, mientras que en Ciudad Real hay tres, en Anchuras, Almuradiel y el Viso del Marqués, y en Albacete hay dos, en Ayna y Molinicos, y en San Pedro.