Cooperativas C-LM proyecta una cosecha de vino y mosto de 24 millones de hectolitros para 2025, un incremento del 5% respecto al año anterior.

En la región de Castilla-La Mancha, las cooperativas agroalimentarias se preparan para una temporada vitivinícola que promete ser prometedora. Se estima que la cosecha para el ciclo 2025/2026 alcanzará aproximadamente 24 millones de hectolitros de vino y mosto, lo que representa un aumento del 5% respecto a los 22,7 millones cosechados en la campaña anterior.
La climatología ha jugado un papel crucial en este pronóstico; tras una primavera con abundantes lluvias, los meses de junio y julio han traído calor extremo y, en algunos casos, tormentas con granizo. Sin embargo, la salud de las vides en la mayoría de las zonas vitivinícolas de Castilla-La Mancha se mantiene robusta, según informaron fuentes de las cooperativas en un comunicado.
El mildiu, un hongo que ha afectado severamente a otros puntos vitivinícolas de España como Andalucía y La Rioja, no parece estar impactando negativamente en las viñas de Castilla-La Mancha. Esto ha permitido un desarrollo vegetativo adecuado, lo que genera buenas expectativas de cara a un verano que podría ser cálido y con una vendimia que, parece, se realizará en plazos más ordenados este año.
Durante la reciente Asamblea de Vinos de Cooperativas Agro-alimentarias, llevada a cabo en Tomelloso, directivos y técnicos del sector se reunieron para discutir las pautas legislativas y productivas de la próxima campaña. La organización cooperativa, que representa a más del 75% de la producción vitivinícola regional, ha proyectado que la cosecha de este año representará más del 63% del total nacional, que se espera no supere los 38 millones de hectolitros.
A medida que se acercan las primeras cosechas en agosto, se han reportado existencias de vino en España que son un millón de hectolitros inferiores a las cifras del año pasado, lo que sugiere un posible equilibrio en el mercado. Juan Fuente, portavoz del sector, expresó un cuidado optimismo sobre la estabilización del mercado nacional, a pesar de las incertidumbres globales como la caída en el consumo de vino y cuestiones geopolíticas que podrían desestabilizar la industria.
En cuanto a la distribución por provincias, se prevén incrementos moderados en Toledo y Ciudad Real, con un 5% más en la producción, mientras que Cuenca y Albacete podrían registrar un aumento aproximado del 10%. Las uvas parecen estar en excelente estado, prometiendo vinos de alta calidad que seguramente complacerán tanto a consumidores locales como internacionales.
La visión desde las cooperativas es que, a finales de julio de 2025, las existencias de vino rondarán los 32 millones de hectolitros, una cifra considerablemente inferior a la media de cinco años atrás. En este contexto, Castilla-La Mancha aportaría alrededor de 7 millones de hectolitros, continuando una tendencia a la baja en el stock vinícola que ha marcado la última década en la región.
El portavoz del sector señaló que estas cifras reflejan un buen desempeño en la venta de vino, destacando el esfuerzo realizado para reducir las existencias, tanto en exportaciones como a nivel nacional, con alrededor de 22 millones de hectolitros vendidos en la campaña anterior.
La Asamblea enfatizó la necesidad de producir suficiente mosto para equilibrar la oferta en el mercado, una estrategia identificada como esencial para esta próxima campaña. Se estima que al menos el 20% de la producción se dedicará a mosto, que es muy solicitado en la elaboración de zumos y concentrados, lo que también beneficiará la valoración de los vinos elaborados durante la inminente cosecha.
Además, se discutieron importantes cambios legislativos derivados de nuevas medidas de intervención en el sector vitivinícola de Castilla-La Mancha, que incluyen la reestructuración de viñedos y la promoción en mercados internacionales, así como normativas europeas que entrarán en vigor en 2026.
Se abordó también la moderación necesaria en el destilado de vino a alcohol, asegurando que no se superará el 10%, dado que las proyecciones de producción para esta campaña son moderadas y muy por debajo de la media reciente.
Con miras hacia el futuro, se hizo un llamado a una gestión responsable en el control de los rendimientos agronómicos y en la diversificación de la oferta, de modo que se pueda satisfacer la demanda del sector industrial de concentrados y alcoholes, garantizando la trazabilidad y el pago diferencial por calidad de las uvas.
Por último, se compartieron los esfuerzos de diferentes organizaciones vitivinícolas de la región, que están criando una estructura interprofesional con el fin de planificar mejor la producción y regular las condiciones del mercado en caso de excesos en futuras cosechas, asegurando que estas decisiones se tomen desde dentro, respetando la diversidad y realidad productiva de Castilla-La Mancha.
De esta manera, se busca fortalecer el sector vitivinícola regional, navegando con agilidad los retos que presenta un entorno cambiante y proactivo.
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