Récord de público y recaudación en el Festival de Teatro Clásico de Almagro: más de 74,000 asistentes y 577,000 euros recaudados.

El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro ha cerrado sus puertas este domingo tras una intensa edición que duró 25 días y presentó un total de 52 obras, ofreciendo al público 103 funciones. La participación de más de 700 artistas y profesionales ha permitido que el evento supere la cifra de 74.000 asistentes, lo que representa un 14% de incremento en comparación con el año pasado. Con una ocupación media del 92%, el festival ha registrado numerosas sesiones a sala llena, subrayando su relevancia en el panorama cultural.
Según la directora del festival, Irene Pardo, la recaudación ha alcanzado los 577.000 euros, lo que demuestra el éxito de un modelo cultural comprometido con la calidad artística y la sostenibilidad social y económica. En una rueda de prensa realizada en el Parador de Almagro, Pardo enfatizó el impacto económico del festival, estimado en 4,2 millones de euros para la región, reafirmando su papel como un motor cultural, social y económico en el centro de Castilla-La Mancha.
El evento no solo atrajo a un gran número de espectadores a las obras de teatro, sino que también contó con el interés de más de 33.600 personas en actividades complementarias, consolidando así el festival como una experiencia vivencial donde el arte y la comunidad se encuentran, como destacó Pardo.
Un aspecto notable de esta edición fue el enfoque en la renovación del legado del Siglo de Oro, con un total de 29 obras contemporáneas coexistiendo con las 23 de autoría clásica. La diversidad de formatos también fue evidente, dado que 50 compañías presentaron 32 obras teatrales, 11 de música, 5 de circo, dos de danza, una dramatización radiofónica y un podcast, reflejando la ambición interdisciplinaria del festival.
La celebración de este año fue histórica al otorgar el Premio Corral de Comedias a la reconocida bailaora Cristina Hoyos, demostrando el festival's compromiso con todas las formas de arte. Además, se rindió homenaje a la compañía Morboria Teatro y el actor Juan Echanove asistió para recibir el Premio Lorenzo Luzuriaga, otorgado por UGT.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) tuvo un papel destacado, presentando obras como una impactante versión de 'Fuenteovejuna' bajo la dirección de Rakel Camacho y 'Don Gil de las calzas verdes' reinterpretado por Sarah Kane en una despedida emotiva de la sexta promoción de la Joven Compañía. Otras producciones también contribuyeron a la riqueza del programa, incluyendo colaboraciones con diversas compañías y eventos enfocados en la accesibilidad e inclusión.
El festival se consolidó como un punto de convergencia para artistas que habitualmente no se adentran en el legado barroco. Tal es el caso del actor y bailarín Alberto Velasco, quien abordó temas de género en su obra 'La jácara de los cuerpos imposibles'. Otras creaciones exploraron la conexión de la música flamenca con la poesía del siglo XVII y el eco contemporáneo de la vida de Britney Spears a través de la obra 'Free Britney', que resuena con el encierro de Segismundo en 'La vida es sueño'.
Grandes figuras de la escena clásica, como Rafael Álvarez ‘El Brujo’ y la compañía portuguesa Chapitô, también aportaron sus visiones únicas al festival, junto con una representación internacional que incluyó artistas de Uruguay, Marruecos, China, México y Argentina, evidenciando la cooperación intercultural promovida por instituciones como AECID y Acción Cultural Española.
A pesar del alcance global, el festival mantuvo un fuerte compromiso con la cultura local, con una significativa representación de compañías de Madrid y Castilla-La Mancha. La accesibilidad y la inclusión se presentaron como componentes esenciales, con 50 funciones que contaron con apoyo auditivo y varias actuaciones adaptadas mediante audiodescripción y lengua de signos.
Este año, el festival también impulsó el proyecto de mediación 'EL PICAO+', que promovió encuentros intergeneracionales y de diversidad en un paseo escénico que fusionó la memoria colectiva de Almagro. Pardo afirmó que el teatro se ha convertido en un punto de conexión entre diferentes experiencias, revelando el poder del arte como herramienta de cohesión social.
La participación del público ha sido masiva, con 141 sesiones que abarcaron múltiples actividades especiales, desde clases de cocina hasta exposiciones, congregando a cerca de 6.400 asistentes en el marco de 'Almagro 360º'. Los momentos destacados incluyeron experiencias memorables y actividades que resaltaron la riqueza cultural del evento, un testimonio del compromiso colectivo por la cultura.
La directora del festival cerró su discurso reafirmando la importancia de la cultura como pilar de la democracia y la cohesión social. "El Festival de Almagro es una manifestación vital de esfuerzo compartido hacia el arte y el pensamiento libre”, declaró.
Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación de Ciudad Real, aplaudió la labor de Pardo por convertir a Almagro en un auténtico hub cultural, donde la belleza y el arte se fusionan para enriquecer la vida comunitaria. Destacó el crecimiento del evento y la capacidad de las instituciones para colaborar en su realización, lo que reafirma la relevancia de los clásicos del Siglo de Oro en la actualidad.
Finalmente, el alcalde Francisco Ureña destacó la colaboración entre diferentes administraciones, señalando que el diálogo y el consenso son posibles cuando se trata de la defensa de la cultura, un objetivo que Almagro ha logrado en su festival, convirtiéndose en un modelo a seguir en la gestión cultural colectiva.
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