
CIUDAD REAL/ZARAGOZA, 5 de noviembre. En un caso que ha sensibilizado a la comunidad, la Policía Nacional ha arrestado a una mujer de 31 años en Ciudad Real, acusada de llevar a cabo un hurto mediante el denominado 'abrazo amoroso'. Este delito se produjo en Zaragoza, donde también enfrenta cargos por agresión sexual debido a tocamientos no consentidos a la víctima, un hombre de edad avanzada, para facilitar el robo de joyas y dinero.
Los hechos ocurrieron el 9 de agosto, aproximadamente a las 22:00 horas, en la calle Reino, ubicada en el distrito zaragozano de La Almozara. La víctima, mientras se disponía a ingresar en su vehículo, fue abordada por una mujer que solicitó su ayuda para mover su coche hacia la Estación Intermodal, como ha informado la Policía.
Al rechazar la solicitud, la mujer aprovechó la cercanía física entre ambos para enganchar su brazo alrededor del cuello del hombre, creando una falsa sensación de confianza que lo dejó vulnerable y expuesto a su intervención. Este acto fue el pretexto que utilizó para llevar a cabo tocamientos sexuales no consentidos, buscando distraer al hombre y así facilitar el hurto de sus pertenencias, que incluían valiosas joyas de oro y efectivo superior a los 4.000 euros.
No era la primera vez que la sospechosa empleaba este método en Zaragoza, ya que horas antes de este incidente había recuperado su libertad tras ser detenida por otros robos dirigidos a personas mayores. Este patrón delictivo pone de manifiesto la existencia de un problema más amplio en torno a la seguridad de los ciudadanos más vulnerables.
El Grupo de Delincuencia Itinerante de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, una vez informados de lo sucedido y tras entrevistarse con la víctima, logró identificar a la sospechosa. Sin embargo, esta ya se había marchado de la ciudad. Dada su trayectoria delictiva y su vinculación a una banda itinerante que opera en diversas localidades, los agentes emitieron una orden de búsqueda y captura que culminó en su detención en la calle Carlos Vázquez de Ciudad Real, donde fue puesta a disposición judicial, aunque posteriormente fue liberada.
La operación se mantiene abierta y los investigadores no descartan que el número de víctimas aumente, especialmente considerando la movilidad de la acusada y la llamada "cifra negra" que acompaña este tipo de delitos. Muchas personas mayores optan por no presentar denuncias, a menudo impulsadas por el miedo o la vergüenza que puede generar el proceso.
La inclusión de un cargo por agresión sexual en estos casos de hurto bajo un método de apariencia cariñosa refleja una estrategia innovadora en la defensa de este grupo tan vulnerable. El impacto de estos delitos va más allá de lo material, afectando gravemente la tranquilidad de las víctimas. La experiencia de ser objeto de un robo de esta índole genera ansiedad y preocupación, lo que puede tener repercusiones emocionales significativas a largo plazo.
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