
Cerca de 25 activistas de Greenpeace se han movilizado hasta el acueducto del Cigüela en Cuenca para exigir una transición hídrica "justa y urgente" y denunciar la política hidráulica "insostenible" de España.
En una nota de prensa, los activistas alertan que los planes hidrológicos siguen ampliando la extensión de regadío en un país con el 75% del territorio en riesgo de desertificación, lo que permite beneficios económicos cortoplacistas y provoca un grave impacto ambiental.
De acuerdo con Greenpeace, la política hidráulica actual sacrifica la biodiversidad y perjudica la agricultura tradicional y familiar al ponerla en manos de grandes agroindustrias y fondos de inversión.
La organización ambientalista ha presentado un informe de "La burbuja del regadío" que indica que el modelo de regadío intensivo actual es insostenible, ya que el 16,23% de los regadíos en España está en áreas tensionadas, y el 13,8% de los regadíos afecta a espacios naturales protegidos.
Greenpeace llama la atención sobre el hecho de que España pierde más de 1 millón de toneladas de alimentos al año y destaca que, a pesar de las lluvias registradas este mes, el agua embalsada sigue por debajo del 47,5 % esta semana y el 44 % de los acuíferos se encuentran en malas condiciones.
Los activistas afirman que las próximas sequías serán aún más intensas y prolongadas, y consideran que ampliar los regadíos es "una mentira que pagaremos toda la sociedad y nuestro medio ambiente" y una falta de responsabilidad política y de estrategia climática.
Greenpeace ha lanzado un llamado a la ciudadanía para que los partidos políticos definan su postura ante esta problemática en campañas electorales, y ha llevado a cabo una campaña publicitaria en más de 35 ciudades españolas para alertar a la población sobre el peligro del regadío intensivo, que consume casi el 80% del agua de España.
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