El palacete de la Cruz Roja en Ciudad Real se transforma en refugio para mujeres sobrevivientes de violencia sexual.

CIUDAD REAL, 27 de noviembre.
Este miércoles, el emblemático palacete de la Cruz Roja, situado en la ronda de Ciruela de Ciudad Real, ha abierto finalmente sus puertas, marcando un hito tras años de abandono y deterioro que amenazaron su existencia. Este renovado espacio ha sido transformado en un Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual, un paso audaz en la lucha contra esta grave realidad social.
La rehabilitación del edificio ha sido un proyecto significante promovido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que ha destinado 2,7 millones de euros para devolverle la vida a este edificio emblemático. Esta iniciativa no solo tiene el objetivo de preservar el patrimonio local, sino de convertirlo en un recurso pionero en la atención y apoyo a mujeres que han sufrido violencia sexual.
La inauguración de este nuevo centro fue realizada por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien estuvo acompañado de un grupo de destacados funcionarios, entre ellos el vicepresidente segundo, José Manuel Caballero; la consejera de Igualdad, Sara Simón; el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, y el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares. Este acto representa el comienzo de una nueva era de asistencia y apoyo para las víctimas.
Durante su intervención, García-Page destacó la labor meticulosa de los arquitectos hermanos Luis y Antonio García, quienes se han encargado del proyecto, reconociendo el cuidado puesto en cada uno de los detalles de la rehabilitación. Su trabajo ha sido esencial para revivir un lugar que alguna vez estuvo al borde del colapso.
También, el presidente quiso rendir homenaje a quienes en el pasado defendieron la importancia de este edificio, resaltando la figura del ex presidente José María Barreda y otros miembros de su gobierno, quienes enfrentaron desafíos significativos, incluida una querella interpuesta por la administración de María Dolores de Cospedal.
En sus declaraciones, García-Page subrayó que en esta ocasión, el "contenido es más importante que el continente". Resaltó que la rehabilitación del palacete no solo implica la recuperación de un recurso arquitectónico, sino que también ofrece un soporte vital en la lucha contra la violencia sexual, un problema que ha afectado a tantas mujeres en la región.
El presidente no eludió la crítica hacia los esfuerzos de judicializar la gestión anterior del edificio, calificando tales acciones como “un claro ejemplo de mala política” diseñada para desmoralizar a sus adversarios políticos; un fenómeno que, lamentablemente, ha sido común en la historia reciente de la política de la región.
Por su parte, José Manuel Caballero, vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, expresó su satisfacción por el “bueno ritmo” que están tomando las inversiones de la Junta en Ciudad Real capital. Este proyecto de rehabilitación se integra dentro del Plan de Modernización de Ciudad Real, que también abarca otros significativos desarrollos, como la nueva Ciudad Administrativa en el antiguo hospital del Carmen, y una pasarela ciclopeatonal que unirá Miguelturra con la ciudad, entre otros, sumando hasta 50 millones de euros.
Además, Caballero anunció que se prevén otros emprendimientos durante la legislatura actual, como el Campus Biosanitario de la Universidad de Castilla-La Mancha, localizado cerca del Hospital General Universitario de Ciudad Real, lo que refuerza el compromiso del Gobierno con el bienestar social y la modernización de la región.
El histórico palacete de la Cruz Roja ha sido parte de una saga de controversias políticas a lo largo de los años. Desde su inminente demolición en 2006 tras un incendio y un robo, el edificio ha renacido como un símbolo de protección social, después de haber sido considerado previamente un inmueble sin valor arquitectónico destacado.
Su historia estuvo marcada por litigios, paralizaciones y subastas fallidas. En 2006, la Junta escuchó las súplicas de la comunidad, deteniendo su demolición. Sin embargo, el daño ya era significativo, pues importantes secciones del edificio comenzaron a ser destruidas antes de su salvataje.
En 2008, bajo la dirección de José María Barreda, la Junta adquirió el inmueble con el fin de salvarlo de la ruina. No obstante, durante el mandato de María Dolores de Cospedal, el edificio fue puesto a subasta en varias ocasiones, sin obtener éxito. Allegaciones de fraude en su adquisición también emergieron, pero fueron finalmente archivadas por la justicia.
El cambio decisivo se produjo en noviembre de 2022, cuando Emiliano García-Page dio a conocer el nuevo plan de rehabilitación, desafiando así las dudas planteadas por Francisco Cañizares, actualmente alcalde de Ciudad Real. Las obras se emprendieron en abril de 2023, transformando en poco más de un año el antiguo palacete en un lugar seguro de acogida y atención especializada para aquellas mujeres que han sufrido violencia sexual.
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