El ambicioso proyecto de Víctor Infante y Saúl González está a punto de dar un gran salto: el popular Restaurante Ancestral, que ha estado en Illescas durante cuatro años y cuenta con una estrella Michelin desde hace dos, se trasladará a Pozuelo de Alarcón. Este domingo, el local toledano se despedirá antes de mudarse al corazón de la capital, donde los chefs planean llevar su visión gastronómica a nuevas alturas.

En una reciente conversación con Europa Press, los creadores de Ancestral compartieron detalles sobre su esperada nueva ubicación, que ofrecerá un diseño similar al actual pero con un espacio considerablemente mayor y una apariencia más moderna. "Estamos preparando un Ancestral 2.0, que no solo brindará mayor comodidad y distancia entre mesas, sino que también incluirá una zona exterior amplia", asegura Saúl González, destacando la importancia del confort en la experiencia del cliente.

Con la meta de abrir sus puertas a principios de mayo, González menciona que la nueva cocina, que será cuatro veces más grande que la actual, les dará la oportunidad de realizar platos con mayor precisión y creatividad. “Estamos seguros de que mantendremos nuestra estrella Michelin y aspiramos a renovarla en la próxima edición de 2026”, añade con optimismo.

Infante, quien lidera los fogones, considera que el cambio era ineludible ante el crecimiento del restaurante desde su origen en Illescas. "Nuestro equipo está ansioso por ampliar sus horizontes y aprender más técnicas", señala, reconociendo que la nueva ubicación en Madrid permitirá satisfacer mejor las exigencias de su clientela.

El chef subraya la continuidad en la calidad y el concepto del restaurante, asegurando que aunque se encuentren a 25 kilómetros de su lugar de origen, el espíritu de Ancestral permanecerá intacto. "Nuestro objetivo es mejorar y llevar nuestras creaciones a un nivel superior, manteniendo la esencia de lo que hemos construido con Saúl", explica Infante.

Con gratitud hacia Illescas por su apoyo en este viaje, el chef también asegura que no abandonarán la ciudad por completo. La hamburguesería Brasacoa, que se mantiene fiel a la idea de "street food de calidad", seguirá operando allí, además de contar con un obrador donde su equipo dedicará tiempo a la elaboración de salsas y conservas.

"Hemos disfrutado de estos cuatro años en Illescas, y el pueblo ha disfrutado con nosotros. Ahora estamos listos para afrontar este nuevo desafío y crecer en línea con nuestra filosofía gastronómica", concluyó Infante, reflejando su compromiso con la cocina y su evolución.