Saborea la historia de la olla podrida
Saborea la historia de la olla podrida
En Castilla La Mancha, la olla podrida es uno de los platos más emblemáticos de su gastronomía. Se trata de un guiso contundente con grandes dosis de carne y verduras, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.
Historia de la olla podrida
El origen de la olla podrida se sitúa en la época medieval, cuando era común cocinar grandes guisos en el campo durante las batallas y peregrinaciones, que se podían conservar durante varios días. Según algunas teorías, su nombre proviene del latín "ollaputrida", que significaría "olla de carne podrida", pero esto es más probable que tenga relación con el inglés "pot-pourri" que significa algo por el estilo a mezcla.
Inicialmente, la olla podrida se elaboraba con los ingredientes que se tenían al alcance, principalmente carne y verduras, pero con el tiempo fue evolucionando y enriqueciéndose con especias como el comino, la pimienta, la canela y el clavo, así como con legumbres como los garbanzos y las lentejas.
Ingredientes y elaboración
La olla podrida tiene su base en una cazuela grande en la que se cocinan los ingredientes por capas. La primera de ellas suele ser la carne, que suele ser de cerdo y/o vaca, cortada en trozos grandes y sin hueso. A continuación, se añaden las verduras, como la cebolla, el ajo, la zanahoria, el tomate y el pimiento, que se limpian y trocean en pedazos grandes.
Una vez que se han cubierto las capas de carne y verduras, se añaden las especias y las legumbres, en este orden: primero un puñado de garbanzos, lentejas o alubias, y seguidamente una cucharada de comino, otra de pimienta, otra de canela y otra de clavo.
El siguiente paso es cubrir todo con agua y poner al fuego, a fuego lento, durante varias horas, hasta que la carne esté tierna y las verduras y legumbres cocidas. A mitad de cocción es recomendable mezclar los ingredientes para que se mezclen los sabores. Si se utiliza carne con hueso, se puede aprovechar mejor el sabor de los huesos si se cuece más tiempo.
En la elaboración de la olla podrida cada cocinero tiene su truco, y pueden variar los ingredientes, pero siempre se asegura un resultado delicioso.
Trucos para una olla podrida perfecta
Para conseguir una olla podrida perfecta es importante seguir algunos trucos:
- Es preferible utilizar carne magra, cuanta menos grasa, más tierna.
- Es importante cocer la olla podrida a fuego lento para que los ingredientes se vayan impregnando de los sabores de las especias y las legumbres.
- Es recomendable que la olla podrida repose unas horas antes de servir, incluso de un día para otro, para que los sabores se mezclen mejor.
- Se pueden añadir otros ingredientes para enriquecer la olla podrida, tales como los ajos, el puerro, la calabaza, el nabo o el repollo.
La olla podrida en la actualidad
En la actualidad, la olla podrida sigue siendo uno de los platos más representativos de la gastronomía manchega, muy consumido en las zonas rurales y en ferias y festivales de la región. Además, está reconocido por la Unión Europea como una Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que asegura su calidad y origen.
La olla podrida se puede encontrar en la mayoría de los restaurantes y bares de Castilla La Mancha, pero es especialmente recomendable degustar este plato en las localidades de Tarancón, Cuenca y Toledo, donde es especialmente tradicional.
En conclusión, si queremos saborear la historia de Castilla La Mancha, no podemos dejar de probar su deliciosa olla podrida, un plato emblemático con una rica historia y que, sin duda, sigue siendo uno de los mayores placeres gastronómicos de la región.