La víctima del crimen de Alovera no presenta indicios de haber ejercido resistencia, según forenses.
Las forenses encargadas de realizar los informes de autopsia en el caso de la mujer de Alovera que murió desangrada tras recibir diez puñaladas por parte de su esposo, han declarado que la víctima no presentaba lesiones defensivas al intentar protegerse del ataque. Esto ha sido expuesto durante el interrogatorio llevado a cabo en la Audiencia Provincial de Guadalajara en el marco del juicio con jurado popular que se está llevando a cabo.
Una de las médicos forenses ha destacado que, ante una agresión con arma blanca, es habitual encontrar heridas defensivas en las manos, como semi-amputaciones de dedos, producto del forcejeo para intentar no soltar el arma. Sin embargo, en este caso, la víctima no tenía ninguna de estas heridas en las manos, lo que sugiere que no pudo defenderse.
Las forenses han tenido la oportunidad de ver las imágenes del apuñalamiento en privado, sin la presencia de público ni medios de comunicación, y han confirmado que de las puñaladas recibidas, cuatro fueron mortales, siendo la del cuello especialmente letal.
Ante este hecho, la fiscalía ha inquirido sobre la posibilidad de que la víctima hubiera tenido la oportunidad de defenderse. Las forenses han añadido que en situaciones de amenaza con un arma, es poco probable que alguien permita ser apuñalado, y han subrayado que cuando uno teme por su vida, se defiende con todas sus fuerzas. Por tanto, queda claro que la falta de signos de defensa en la víctima es significativa.
Las forenses han dejado claro que no hay indicios de que haya habido una lucha entre las partes involucradas. Ante la gravedad de las lesiones, es de esperar que la otra persona se hubiera defendido. Una de las forenses ha señalado que la capacidad defensiva de la víctima fue mínima, aunque no ha podido determinar a qué se debe esta falta de reacción.
Es importante destacar que el acusado, en su declaración, mencionó un forcejeo con la víctima. Sin embargo, la fiscalía, así como la acusación particular, consideran que se trata de un asesinato y solicitan una pena de 24 años de cárcel para el acusado. Por otro lado, la defensa intenta argumentar que se trató de un homicidio y que la muerte ocurrió después de un forcejeo.
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