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La Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital de Toledo ha realizado 5.000 ergoespirometrías desde 2015.

La Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital de Toledo ha realizado 5.000 ergoespirometrías desde 2015.

TOLEDO, 26 May.

La Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha alcanzado un hito este mes al realizar 5.000 exploraciones de ergoespirometría desde que comenzó a ofrecer esta técnica en 2015.

El doctor Alejandro Berenguel, cardiólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo y responsable del programa, destaca la importancia de la prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno o ergoespirometría en cardiología, a pesar de su falta de popularidad en la especialidad.

La ergoespirometría analiza la respuesta global y no invasiva del cuerpo al ejercicio a través del análisis de gases respiratorios durante la actividad física, según ha informado la Junta en un comunicado de prensa.

Para fomentar la formación en esta técnica, la Sociedad Española de Cardiología creó en 2018 el Grupo de Trabajo de Ergoespirometría, liderado por el doctor Berenguel, que imparte capacitación en toda España y Sudamérica.

Cada año, el Hospital Universitario de Toledo recibe a numerosos cardiólogos nacionales e internacionales para formarles en ergoespirometría.

El programa también se ha expandido a otras instituciones, como la Escuela Central de Educación Física del Ejército de Tierra y la Facultad de Ciencias de la Actividad Física de la Universidad de Castilla-La Mancha, para colaborar en proyectos de investigación.

El doctor Berenguel, autor del primer libro en castellano sobre la aplicación de la ergoespirometría en cardiología, ha participado en múltiples investigaciones científicas, incluyendo el estudio RECOVER en pacientes con COVID persistente.

La Unidad de Rehabilitación Cardiaca de Toledo, establecida en 2015 para la recuperación de pacientes con infarto agudo de miocardio, ha atendido a 2.300 personas con enfermedades cardiovasculares en ocho años y medio.

El programa ha demostrado mejorar la calidad de vida y la capacidad funcional de los pacientes a través de ejercicio físico y educación en salud, logrando importantes beneficios como el control de la presión arterial, reducción de peso y cese del tabaquismo.

Los pacientes reciben un programa de entrenamiento físico personalizado y supervisado, junto con educación para una mejor reintegración a la vida cotidiana.

La rehabilitación cardiaca, que dura 8 semanas e incluye una prueba de esfuerzo con ergoespirometría, abarca no solo la cardiopatía isquémica, sino también otras condiciones como la insuficiencia cardiaca, hipertensión pulmonar y cirugía cardíaca.

Además de mejorar la capacidad física, se busca ayudar a los pacientes a controlar factores de riesgo, modificar hábitos de vida y gestionar problemas como ansiedad, depresión y reinserción laboral a través de charlas educativas.

Lamentablemente, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, con el infarto agudo de miocardio representando una carga significativa para los sistemas de salud.