La familia toledana Medina: 70 años de taxidermia aprendida por correspondencia.

En la localidad toledana de Ventas con Peña Aguilera, la empresa Taxidermia Medina lleva casi siete décadas inmortalizando animales de todo tipo, con una impresionante producción anual de 3.000 taxidermias. Los propietarios, Gregorio y Jesús Medina, han heredado el negocio de su padre, quien comenzó a estudiar taxidermia por correspondencia en los años 50 y logró convertirlo en un exitoso emprendimiento familiar.

En el taller de Taxidermia Medina trabajan seis personas todo el año, dedicadas a capturar la esencia de los animales de caza que los cazadores desean preservar. Desde boas enroscadas en troncos hasta elefantes y cocodrilos, el talento artesanal de los Medina ha trascendido fronteras y cautiva a una clientela internacional.

Los hermanos Medina explican el minucioso proceso de trabajo, que incluye la limpieza, el curtido y el montaje de las piezas. Cuentan con moldes de hasta 180 animales y colaboran con diferentes industrias para obtener los materiales necesarios, como el curtidor para tratar las pieles y proveedores de ojos especializados en Alemania o Estados Unidos.

La clientela de Taxidermia Medina es diversa, con cazadores locales y extranjeros que llegan desde países como África, Centro Europa, Rumanía, Rusia o Turquía. Tras el proceso de preparación en el taller, los trofeos son cuidadosamente empaquetados en cajas de madera y enviados a destinos internacionales como Francia, Estados Unidos o Filipinas, siempre cumpliendo con los controles y las inspecciones requeridas.

Los hermanos Medina denuncian la presencia de "taxidermistas piratas" que operan ilegalmente, poniendo en riesgo la integridad del sector y compitiendo de manera desleal. A pesar de los desafíos, se mantienen fieles a su pasión por los animales y defienden su oficio con orgullo, asegurando que la continuidad del negocio está garantizada gracias a la participación de las próximas generaciones.

En constante evolución, la Taxidermia Medina ha logrado adaptarse a los cambios de la industria, modernizando procesos y materiales para mantener viva una tradición artesanal que perdura a lo largo de los años.