El Complejo Astronómico de La Hita registra la primera bola de fuego del 2025, brillando más que la Luna.
TOLEDO, 10 de enero. El pasado jueves, el Complejo Astronómico de La Hita, ubicado en Toledo, se convirtió en el testigo privilegiado de un impresionante fenómeno celestial: a las 22:08 horas, una brillante bola de fuego surcó el cielo nocturno, marcando así la primera gran aparición de este tipo en lo que va del año. Este bólido, cuyo resplandor superó incluso al de la Luna llena, tuvo la fortuna de ser avistado desde diversos puntos de la Península Ibérica, maravillando a todos los que pudieron contemplarlo.
Numerosos testigos, entusiasmados por este espectáculo astronómico, compartieron sus experiencias en las redes sociales, dando cuenta de la magnitud del fenómeno. Según un comunicado de prensa emitido por Astrohita, no solo los observadores a pie pudieron admirar este evento, sino que también los detectores de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN), operados en el Complejo Astronómico, registraron la trayectoria de esta bola de fuego.
La detección de este bólido se enmarca dentro del Proyecto Smart, una iniciativa de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), coordinada desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este proyecto tiene como objetivo monitorizar el cielo de forma continua, con la finalidad de estudiar el impacto de rocas provenientes de diversos cuerpos del Sistema Solar al entrar en nuestra atmósfera.
Además de La Hita, el Proyecto Smart también cuenta con equipos de detección instalados en otros observatorios situados en puntos estratégicos como Calar Alto, Sierra Nevada, La Sagra en Granada, Olocau y Cullera en Valencia, así como Marçà en Tarragona, lo que permite una amplia cobertura de los fenómenos astronómicos que ocurren en nuestro entorno.
La investigación sobre este extraordinario evento estuvo a cargo del astrofísico José María Madiedo, quien analiza los datos del Proyecto Smart. Según sus hallazgos, la bola de fuego fue generada por la entrada en la atmósfera de una roca que viajaba a una asombrosa velocidad de aproximadamente 67.000 kilómetros por hora.
Se descubrió que esta roca tenía su origen en un asteroide; en efecto, estos cuerpos que orbitan cerca de la Tierra son conocidos como meteoroides. La roca, al entrar en contacto con la atmósfera a tal velocidad, experimentó un intenso calentamiento, convirtiéndose en una bola de fuego que emergió a aproximadamente 86 kilómetros sobre la localidad de Lomas, en Palencia, para luego desplazarse en dirección noroeste y extinguirse a unos 23 kilómetros sobre la localidad de Joara, en León.
Este bólido deslumbrante se convirtió en un espectáculo visual visible a más de 600 kilómetros de distancia, presentando una serie de explosiones a lo largo de su trayectoria que deslumbraron a los observadores. Estas explosiones, causadas por las rupturas dentro de la roca, generaron notables aumentos en su luminosidad antes de que la bola de fuego completara un recorrido de unos 67 kilómetros en la atmósfera hasta su extinción.
Los estudios preliminares de este fenómeno también revelan un dato fascinante: la roca no se desintegró por completo durante su paso por la atmósfera. Se estima que una porción de la misma logró sobrevivir, cayendo al suelo en forma de meteorito, que, según las primeras estimaciones, contendría un tamaño comparable al de una pasa, con un peso inferior a 20 gramos. Este hallazgo podría abrir nuevas puertas a la investigación sobre los componentes de nuestro sistema solar y su interacción con la Tierra.
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