Cultura avanza en el proceso para reconocer la apicultura española como Patrimonio Cultural Inmaterial.
El Ministerio de Cultura ha tomado una importante iniciativa al impulsar la declaración de la apicultura en España como Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta actividad, que se encuentra arraigada en diversas regiones del país, representa no solo un símbolo cultural, sino que también es vital para la preservación de ecosistemas y enfrenta serias amenazas debido al cambio climático.
La resolución que da inicio a este proceso se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este sábado, tras ser aprobada el pasado 7 de noviembre por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes. Esta acción refleja el compromiso del Ministerio de Cultura por proteger y valorar las tradiciones culturales que son parte intrínseca de nuestra identidad colectiva.
De acuerdo con lo estipulado en la Ley para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, este tipo de gestiones deben ser promovidas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ya sea por iniciativa propia, a solicitud de una o varias comunidades autónomas, o por petición fundamentada de personas o entidades interesadas.
El ministerio dirigido por Ernest Urtasun justifica el interés en reconocer "La apicultura en España" como una Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial al considerar que es “una práctica viva” que ha continuado desarrollándose y adaptándose a lo largo del tiempo, integrando tanto métodos tradicionales como modernos en diversas áreas del país.
La resolución puntualiza que esta actividad se encuentra íntimamente conectada con la tierra y la identidad local, destacando sus aspectos significativos en la gestión territorial. Además, la apicultura está rodeada de un rico fondo cultural que incluye rituales, festividades, creencias y conocimientos que han sido transmitidos a lo largo de generaciones.
Asimismo, el Ministerio de Cultura hace hincapié en los beneficios ecológicos que la apicultura proporciona, jugando un papel crucial en la polinización, el mantenimiento de la biodiversidad y la identificación de cambios provocados por el calentamiento global que afectan a nuestros ecosistemas.
No obstante, la resolución también advierte sobre los numerosos desafíos que enfrenta esta práctica. El cambio climático, la inestabilidad en la producción, la proliferación de enfermedades, el uso de plaguicidas y la competencia en un mercado global están poniendo en riesgo su continuidad.
El ministerio señala que la desaparición de la apicultura podría resultar en la pérdida de valores identitarios y de gestión territorial que esta actividad ha alimentado a lo largo de su historia, advirtiendo sobre la importancia de su memoria y evolución en el contexto interesado por los territorios en los que se desarrolla.
Además, se resalta el papel crucial de las comunidades locales en la preservación de este patrimonio, reconociendo que en algunas áreas hay una notable falta de relevo generacional, lo que complica la transmisión de conocimientos y prácticas vitals para la continuidad de la apicultura.
Por todas estas razones, el Gobierno no solo inicia el procedimiento para su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial, sino que también establece un periodo de información pública. Esto permitirá que todas las personas interesadas puedan revisar el expediente y presentar sus alegaciones en un plazo de veinte días, asegurando así una participación ciudadana en este proceso significativo para nuestro patrimonio cultural.
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