Castilla-La Mancha termina el año 2023 con un déficit de 566 millones de euros, equivalente al 1,12% de su PIB.
Los ingresos tributarios experimentaron un crecimiento del 6,4% en 2023, alcanzando la cifra de 271.935 millones de euros. Este incremento estuvo impulsado por un aumento del 9,9% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del 9% en el Impuesto de Sociedades.
MADRID/TOLEDO, 21 Mar.
Castilla-La Mancha cerró el año 2023 con un déficit de 566 millones de euros, equivalente al 1,12% de su Producto Interno Bruto (PIB). Estos datos fueron presentados en una rueda de prensa por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El déficit registrado por la comunidad autónoma en 2023 fue menor que el del año anterior, que ascendió a 808 millones de euros, representando entonces el 1,92% de su PIB, según información del Ministerio de Hacienda consultada por Europa Press.
Además de Castilla-La Mancha, otras once comunidades autónomas también cerraron el año con déficit. Por el contrario, cinco comunidades lograron superávit: Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria y Navarra.
Los ingresos de las comunidades aumentaron un 5,8%, alcanzando los 236.453 millones de euros, mientras que los gastos se incrementaron en un 4,6%, llegando a los 249.707 millones. A pesar del aumento de los ingresos, la recaudación por impuestos propios disminuyó unos 1.500 millones de euros debido a rebajas fiscales realizadas por las comunidades, según señaló Montero.
El déficit total de las administraciones públicas en 2023 se situó en el 3,66% del PIB, por debajo del dato de 2022 que fue del 4,7%. Este resultado se tradujo en un déficit de 53.556 millones de euros, por debajo del objetivo fijado por el Gobierno con Bruselas del 3,9%.
La ministra de Hacienda destacó que, descontando el coste fiscal de aproximadamente 17.000 millones de euros destinados a mitigar el impacto de la inflación en 2023, el déficit del año pasado habría sido del 2,5% del PIB, el más bajo desde antes de la crisis financiera de 2008.
Montero enfatizó que a pesar de la reducción del déficit, no se han realizado recortes en los servicios públicos. En total, el esfuerzo fiscal del Estado para hacer frente a la pandemia y a los efectos de la guerra en Ucrania se cifra en 120.000 millones de euros, excluyendo avales y préstamos.
Para el ejercicio 2024, el Gobierno mantiene la previsión de que el déficit público se sitúe en el 3% del PIB, cumpliendo con el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea.
En cuanto a los datos por subsectores, la Administración Central fue la que más contribuyó a la reducción del déficit en 2023, pasando de un 3,1% en 2022 a un 2,1% en 2023, con un total de 30.828 millones de euros. Los ingresos de la Administración Central aumentaron un 4,1%, mientras que los gastos apenas se elevaron un 0,4%.
En el caso de las comunidades autónomas, Montero informó que superaron ligeramente la tasa de referencia comprometida con Bruselas, alcanzando un 0,9% de déficit. Por otra parte, los municipios cerraron el año con un déficit del 0,09%, y los Fondos de la Seguridad Social mantuvieron su déficit en el 0,56% del PIB.
El crecimiento de los ingresos tributarios en 2023 fue del 6,4%, ascendiendo a 271.935 millones de euros, mientras que el gasto en consumo aumentó un 3,8%. Esto se debió en parte a la caída de los precios energéticos por las rebajas en los impuestos especiales.
En términos generales, los ingresos ligados al gasto tuvieron un comportamiento similar al del año anterior debido a las reducciones de IVA en alimentos y energía. De hecho, de no ser por estos cambios normativos, la recaudación habría sido un 7,8% mayor.
Los ingresos por IRPF se situaron en 120.280 millones de euros, con un aumento del 9,9%, mientras que en el Impuesto de Sociedades se recaudaron 35.060 millones, un 9% más que en 2022.
Estos datos reflejan un buen ritmo en los beneficios empresariales, con un crecimiento superior al 15%, impulsado principalmente por un aumento significativo de los pagos fraccionados. Todo esto en un contexto marcado por la aplicación del tipo mínimo del 15% y la nueva normativa para los grupos en el cálculo de la base imponible.
En cuanto al IVA, los ingresos crecieron un 1,6%, a pesar del aumento del 7,4% en el gasto sujeto a este impuesto, debido a las rebajas fiscales en alimentos y energía que provocaron una reducción en la recaudación de 4.300 millones.
Los ingresos por Impuestos Especiales ascendieron a 20.757 millones de euros, en línea con las previsiones para 2023. La recaudación aumentó en 533 millones respecto a 2022, un incremento del 2,6%.
La principal fuente de recaudación fue el impuesto sobre hidrocarburos con más de 12.000 millones de euros, aunque solo aumentó un 0,6%. A este le siguieron los impuestos sobre labores del tabaco, con más de 6.700 millones, y el consumo de cigarrillos que disminuyó casi un 5%.
Por otro lado, los ingresos por alcohol cayeron un 7,2%, debido a un menor consumo de este tipo de bebidas. En contraste, la recaudación por cerveza se mantuvo estable en comparación con 2022, mientras que los impuestos sobre plásticos no reutilizables y carbón se mantuvieron en niveles similares a las previsiones para el ejercicio.
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