TOLEDO, 13 Ene. - Los sindicatos CCOO-Industria y UGT-FICA de Toledo y la patronal del sector han firmado el Convenio de Panaderías 2023-25, que afecta a más de mil trabajadores y trabajadoras de la provincia. El nuevo convenio establece un incremento salarial del 2% para 2023, con efectos retroactivos desde enero de ese año; y sendas subidas del 3% para los años 2024 y 2025.

A su vez, este convenio recupera la cláusula de revisión que había sido eliminada, lo que significa que, si al finalizar su vigencia, el IPC acumulado durante todo el periodo supera el 8% de incremento pactado, se realizarán ajustes salariales adicionales.

Además, se acuerda una reducción de dos horas en la jornada anual para los años 2024 y 2025, finalizando este año en 1.771 horas.

El seguro por accidente laboral también se ha ampliado, pasando de los 17.000 hasta los 25.000 euros. Esta cobertura no solo se aplicará a accidentes, sino que también protegerá a los trabajadores afectados por enfermedades profesionales.

La inclusión de la protección contra la 'asma del pandero', una enfermedad alérgica causada por la inhalación de harina de trigo a diario, era una necesidad y una obligación. Así lo han destacado los sindicatos, quienes consideran que esta firma es un gran logro, especialmente porque era el único convenio que había quedado pendiente de firmar en la provincia de Toledo durante el pasado año.

Desde el 2016 hasta el 2019, los salarios en el sector se mantuvieron congelados y solo aumentaron un 2,5% entre el 2020 y el 2022, en comparación con el incremento del 12,2% experimentado por el IPC en el mismo periodo. Esto ha llevado a los trabajadores de las panaderías toledanas a perder casi un 15% de poder adquisitivo desde fines de 2015. Sin embargo, con este nuevo convenio, tendrán un aumento salarial de ocho puntos hasta fines de 2025 y la garantía de cierta protección contra posibles futuros aumentos del IPC.

Los sindicatos han destacado que esta negociación fue larga, difícil y conflictiva, debido a la posición inicial de la patronal, que solo ofrecía un aumento global del 5% para los tres años de vigencia. Incluso en algún momento se consideró la posibilidad de convocar una huelga general en el sector. Sin embargo, finalmente se alcanzó un acuerdo que garantiza la regulación laboral y salarial acordada, lo que se considera la mejor garantía para la competitividad empresarial y la paz social en el sector.